jueves, 6 de mayo de 2010

Recortables.

Utilizar imágenes encontradas en medios para reciclarlas, darles un nuevo mensaje, reinterpretarlas. Mi investigación va entorno a las imágenes de la mujer en los medios. El formato en que trabajo es en dos dimensiones por lo que las imágenes las extraigo de catálogos, revistas y periódicos. Mi interés recae en hacer denuncia del mensaje tan explícitamente sexual de la imagen de mujer en los medios. Y no solo sexual, sino muchos más clichés relacionados con lo referente a la belleza (60-90-60), la juventud (tabú de la edad), la muerta (mito de Ofelia), la fragilidad (sexo débil), lo monstruoso (la bruja, la loca, en extasis o drogada), la pubertad (lolita), etc. Esa mirada morbosa, destructora, sexual y estética (dentro de los cánones de belleza actuales) de los departamentos de márketing de empresas que demandan imágenes de este tipo que van desde capitales del mundo de la moda como de la cosmética, la cirugía, la farmacéutica, etc. Todo es por el dinero y por vender el producto. Convierten la imagen de la mujer en mera moneda de cambio para obtener beneficios financieros a la vez que promueven roles muy concretos dirigiendo la atención del espectador (todos nosotros) hacia esos clichés. Lo que quiero decir es que nosotros repetimos estos cánones estéticos y modulan nuestra forma de pensar. Lo más significativo es ver como este fenómeno está insertado en el tejido social de una manera tan fuerte que casi no nos damos cuenta y ya estamos pensando como ellos. No nos engañemos, a todos nos calan más o menos dichos clichés y caemos en seguirlos porque el ser humano es irremediablemente un ser social. Entre todo hay que darse cuenta de que al final todo se dirige hacia un solo punto: el consumo.

La imagen de la mujer por tanto se convierte en un producto más. Y nuestra sociedad no tiene demasiada tradición crítica respecto a este tema, por no decir que no la tiene. En una sociedad en que los medios de comunicación y la imagen lo dominan todo no es difícil llegar a la conclusión de que lo más importante parece ser lo social. Si dominan eso lo tiene casi todo ganado.

El tejido de nuestro mundo de cada día se entrelaza, se retroalimenta y se construye a sí mismo. Igual que con nosotros mismos la identidad se va creando poco a poco con diversas aportaciones como el de la familia, experiencias y educación; la sociedad la construimos nosotros. En definitiva creamos cultura de lo que pensamos y hacemos. Mi reflexión va en torno a pensar quienes realmente tienen más peso en nuestra cultura? Qué papel juega cada sector de la sociedad en la creación de cultura? Y lo más importante, a quienes dejamos que controlen nuestra forma de pensar?